Ucrania ejecuta su mayor ataque con drones y destruye más de 40 aviones rusos en bases estratégicas

Ucrania lanzó una operación sin precedentes contra la aviación estratégica rusa, alcanzando al menos cuatro aeródromos militares en el norte del país, incluyendo las regiones de Riazán, Ivánovo, Irkutsk y Múrmansk. La acción, denominada “Operación Telaraña”, fue planificada durante más de 18 meses por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y supervisada personalmente por el presidente Volodímir Zelenski.

Objetivo: infraestructura aérea clave

Según fuentes ucranianas, el ataque destruyó o dañó al menos 41 aeronaves rusas, entre ellas bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-22M3, así como aviones de alerta temprana A-50. Estos modelos son esenciales para la capacidad ofensiva aérea de Rusia, incluyendo el lanzamiento de misiles de crucero y la coordinación de operaciones aéreas.

El presidente Zelenski calificó la operación como “brillante” y destacó que fue dirigida exclusivamente contra objetivos militares utilizados para atacar a Ucrania. Además, estimó que los daños causados superan los 7.000 millones de dólares, afectando aproximadamente al 34% de los portadores rusos de misiles de crucero.

Táctica innovadora y profunda infiltración

La operación implicó una logística compleja: drones explosivos fueron introducidos clandestinamente en Rusia, ocultos dentro de cabañas móviles de madera transportadas por camiones. Una vez posicionados cerca de las bases aéreas, los drones fueron lanzados remotamente, sorprendiendo a las defensas rusas.

Este ataque representa la incursión más profunda de Ucrania en territorio ruso desde el inicio del conflicto, alcanzando objetivos a más de 4.000 kilómetros de Kiev. Analistas lo comparan con un “Pearl Harbor” moderno, dada su magnitud y el efecto sorpresa.

Reacciones y contexto

El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó los ataques, calificándolos de “terroristas”, pero no proporcionó detalles sobre las pérdidas. En respuesta, Rusia lanzó su mayor ataque con drones desde 2022, desplegando 472 drones y varios misiles; sin embargo, las defensas ucranianas interceptaron la mayoría de ellos.

Este ataque ucraniano se produce en vísperas de una nueva ronda de negociaciones de paz en Estambul, donde Ucrania propone un alto el fuego total e incondicional. La operación demuestra la capacidad de Ucrania para golpear profundamente en territorio ruso y podría influir en la dinámica de las conversaciones.