WASHINGTON DC.- El informe final de la Guardia Costera de Estados Unidos concluyó que la implosión del sumergible Titan, en junio de 2023 durante una expedición al naufragio del Titanic, fue completamente prevenible y fue causada por fallos sistemáticos de OceanGate, la empresa responsable de la misión. En total, cinco personas perdieron la vida, incluido el CEO Stockton Rush.
Diseño defectuoso y pruebas ignoradas
OceanGate apostó por un diseño de casco de fibra de carbono no certificado, con un sistema crítico de adhesivos que falló al soportar las inmensas presiones del océano. El informe señala que fallaron en aplicar protocolos sólidos de ingeniería, omitiendo pruebas destructivas y diseño de sistemas adecuados para esas profundidades.
Cultura tóxica y opacidad regulatoria
Durante años previos al accidente, OceanGate operó bajo una cultura interna donde las voces técnicas que alertaron sobre riesgos fueron ignoradas o silenciadas. Ex empleados acusaron intimidación, despidos arbitrarios y evasión de supervisión, situación que permitió operar fuera del escrutinio normativo.
Liderazgo negligente y posibles cargos penales
El propio CEO Stockton Rush fue señalado por promover una narrativa falsa sobre la seguridad de Titan, calificándola de “indestructible”. Testimonios e investigaciones detallaron que ignoró avisos técnicos y no siguió mantenimiento esencial, lo que habría justificado, de haber sobrevivido, una recomendación formal para iniciar una investigación penal en su contra.
¿Por qué importa?
- Este caso crítica la falta de regulación en la exploración marítima privada y pone en evidencia los peligros de priorizar la imagen sobre la seguridad.
- Contrasta las promesas públicas de innovación con la realidad operativa: Titan sufrió varios incidentes previos que fueron ignorados, incluidos crujidos estructurales detectados en inmersiones anteriores.
- Tras el accidente, OceanGate suspendió sus operaciones y su CEO falleció en la tragedia, poniendo fin a su actividad comercial.
