¿Remo o correr, cuál es mejor?

¿Remo o correr, cuál es mejor?

ESTADOS UNIDOS.- Entre los múltiples ejercicios que se pueden realizar dentro o fuera de los gimnasios, correr y el remo se han convertido en dos de los más habituales. El primero, la carrera, es uno de los más practicados por los múltiples beneficios que tiene y porque se puede hacer al aire libre, en cualquier momento y cualquier lugar. El segundo, el remo, es un ejercicio que cada vez tiene más relevancia en gimnasios y centros deportivos al ser un ejercicio, aparentemente sencillo y que todo el mundo, en principio puede hacer. Además, es una buena opción para aquellas personas que no pueden correr por alguna lesión o por falta de ganas. Dicho esto, ¿cuál de los dos es mejor como entrenamiento? ¿y para quemar calorías?

Como explica a CuídatePlus Mario Muñoz, director pedagógico de Fit Generation, doctor en Medicina del Deporte y máster universitario en Fisiología del Ejercicio y en Entrenamiento Personal, antes de decidir cuál de los dos ejercicios es mejor, es clave explicar los beneficios de cada uno por separado. Por partes, “en el caso de la carrera, su práctica regular, siempre que se realice con técnica adecuada, progresión gradual y recuperación suficiente, aporta múltiples beneficios fisiológicos y musculoesqueléticos”. Desde el punto de vista cardiovascular, “mejora la capacidad aeróbica máxima (VO₂ máx.), ayuda a regular la presión arterial y mejora el perfil lipídico, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas”.

A nivel articular, lejos de la creencia extendida de que “correr desgasta las articulaciones”, la evidencia científica “indica que correr de forma recreativa y moderada, puede inducir adaptaciones positivas en el cartílago, promover una mejor nutrición del tejido por medio del movimiento articular y reducir la incidencia de osteoartritis en personas activas comparadas con sedentarias”.

No obstante, el experto recuerda que “en contextos de entrenamiento muy intenso, frecuente y prolongado, en atletas de élite o corredores profesionales, pueden observarse adelgazamientos de cartílago o efectos negativos, especialmente si no hay buen descanso o recuperación”.

En cuanto al remo, señalar que “se obtienen beneficios muy similares para la salud que con la carrera puesto que los sistemas involucrados son los mismos, aun con ligeras diferencias”.

Lo que sí difiere entre ambos ejercicios es el tipo de estímulo mecánico que genera cada uno. Así, informa Muñoz, “en la carrera predomina el trabajo del tren inferior y supone un movimiento cíclico de impacto, mientras que remar es un ejercicio más global que involucra tanto el tren inferior como, sobre todo, el tren superior (espalda, hombros y brazos), y se realiza sin un impacto articular tan alto”.

Por ejemplo, “durante la carrera, cada zancada puede generar picos de entre 2 y 3 veces el peso corporal sobre las articulaciones de cadera, rodilla y tobillo”. Esto, “en una persona de 75 kg con un 15 % de grasa corporal equivale a entre 150 y 225 kg de carga instantánea por apoyo”. En cambio, en el remo, “la fuerza se distribuye de forma más uniforme y sostenida, sin impactos bruscos, lo que reduce notablemente el estrés articular y el riesgo de sobrecargas repetitivas. En este caso, “0,85 veces el peso corporal cuando las piernas están flexionadas al máximo”.

En cualquier caso, en opinión del especialista en Medicina del Deporte “ambas actividades pueden adoptar un perfil más aeróbico o más de fuerza. Una carrera muy corta, como podría ser un cien metros vallas, es una demostración de fuerza y explosividad tremenda, igual que en un ergómetro el intentar recorrer 300 metros en el menor tiempo posible”.

En relación a la quema de calorías y a las diferencias entre uno u otro, Muñoz indica que “depende mucho de la intensidad y de la duración del ejercicio, por lo que es difícil dar una respuesta exacta sin contexto”. De forma general, informa, “correr suele implicar un mayor gasto calórico por minuto que remar cuando se realiza a intensidades medias. Sin embargo, el remo puede acercarse e incluso igualar o superar ese gasto si se realiza a alta intensidad, con la ventaja añadida de implicar simultáneamente un mayor número de grupos musculares (piernas, espalda, brazos y core)”.

Por hacer una comparativa, “un estudio publicado en Harvard Health (2021) calculó que una persona de aproximadamente 84 kg que hace 30 minutos de carrera a 6 mph (≈9,7 km/h) consumiría entre 360–420 kcal, mientras que el remo en máquina a intensidad moderada consumiría entre los 210–294 kcal y, a alta intensidad, entre 369–440 kcal”.

En opinión de Muñoz, a la hora de elegir una u otra opción para empezar a entrenar, sería aconsejable comenzar por la carrera. Como explica, “la carrera suele ser más accesible para quienes comienzan desde cero ya que basta con empezar caminando e ir incorporando pequeños intervalos de carrera de forma progresiva”. En cambio, señala, “el remo requiere cierto aprendizaje técnico y un equipamiento específico, lo que puede hacerlo un poco menos práctico en las primeras fases”. Aun así, para personas con sobrepeso o molestias articulares, “el remo puede ser una alternativa inicial interesante, ya que al no tener impacto reduce considerablemente el estrés sobre las articulaciones”.

La combinación ¿tiene sentido? Sí, “combinarlos puede ser muy beneficioso dentro de una planificación orientada a mejorar la condición física general”, apunta el experto. Por un lado, indica, “la carrera aporta un estímulo de impacto que favorece la salud ósea y trabaja principalmente el tren inferior, mientras que el remo implica también el tren superior y lo hace sin impacto, reduciendo el estrés articular”.

No obstante, matiza, “si hablamos de rendimiento, en una misma sesión, posiblemente no tenga tanto sentido como en sesiones separadas, ya que ambos ejercicios estimulan el sistema cardiovascular de forma similar y podrían generar una fatiga redundante sin aportar un beneficio extra claro”.

Sin embargo, apunta, “si no hablamos en términos de rendimiento y sí en términos de salud, hacer los dos en una misma sesión, por ejemplo, con una distribución equitativa del tiempo de realización, puede ser una gran idea si con ello aumentamos la adherencia y el divertimento de quien lo práctica”.

Su consejo es “combinarlos en distintos días dentro de una planificación, hablando de condición física general y rendimiento”.

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