Recomiendan tortilla de maíz para dieta del verano

CIUDAD DE MÉXICO.- Durante el verano, los hábitos alimenticios de millones de personas en México cambian de forma drástica. Las vacaciones, el calor, las reuniones familiares y el relajamiento general de las rutinas provocan un incremento en el consumo de carnes rojas, alimentos ultraprocesados, refrescos y golosinas.

En ese escenario, la tortilla de maíz se perfila como una opción saludable para mantener una alimentación equilibrada, sin renunciar al sabor ni a la tradición.

De acuerdo con la Facultad de Medicina de la UNAM, estos cambios alimenticios en el verano generan lo que se conoce como entornos obesogénicos, es decir, condiciones que favorecen el desarrollo de enfermedades como la obesidad, la diabetes o la hipertensión.

El académico del posgrado de Medicina Interna, Sergio Alberto Mendoza Álvarez, ha documentado cómo muchos pacientes que normalmente mantienen niveles estables de glucosa —entre 100 y 120 mg/dL— regresan a consulta tras el verano con cifras que superan los 180 o incluso los 200.

Lo mismo ocurre con los niveles de ácido úrico en sangre, resultado del alto consumo de carnes como la arrachera o la cecina.

Ante este panorama, recuperar alimentos básicos de la dieta mexicana como la tortilla cobra un nuevo sentido, señala en entrevista, la académica de la Facultad de Medicina, Lourdes Quintero.

La tortilla es un alimento noble, accesible y rico en nutrientes. En verano, cuando los excesos están a la orden del día, debemos regresar a lo básico, y la tortilla de maíz es una excelente forma de equilibrar la dieta”, dice la especialista en alimentación saludable.

Lejos de su imagen asociada únicamente a tacos o antojitos fritos, la tortilla -ya sea elaborada con masa tradicional o con harinas de maíz adicionadas con vitaminas y minerales como las de Maseca, Maza Real o Harimasa- puede transformarse en la base de preparaciones frescas, ligeras y balanceadas.

Quintero propone, por ejemplo, usarla en tostadas horneadas acompañadas de mezclas frías de lentejas, jitomate, cebolla, cilantro y limón. También puede cortarse en tiras y hornearse para integrarla en ensaladas con nopales, espinacas o frutas como papaya y mango.

Otro uso práctico son las quesadillas al comal, preparadas sin grasa, con rellenos de temporada como champiñones, flor de calabaza o huitlacoche. Incluso puede acompañar tacos ligeros de pescado blanco con col morada y cebolla encurtida, ideales para los días de calor.

A nivel nutricional, la tortilla de maíz nixtamalizado aporta energía de liberación lenta, fibra, calcio y minerales, y además tiene un bajo índice glucémico, lo cual la convierte en un alimento recomendable para quienes buscan mantener niveles estables de azúcar en sangre.

Además de cuidar el tipo de alimentos que se consumen, la Secretaría de Salud recomienda mantener horarios regulares para las comidas, fomentar el consumo de agua natural, evitar bebidas azucaradas, y ofrecer refrigerios saludables a los niños como frutas, verduras, galletas integrales y quesos frescos.

La tortilla, como parte del grupo de cereales del “Plato del Bien Comer”, puede integrarse con facilidad en estos refrigerios o platillos completos, tanto en casa como en salidas familiares.

Otro aspecto que suele descuidarse en vacaciones es la salud bucodental. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) estima que el 70% de la población mexicana presenta algún tipo de enfermedad en las encías.

El verano, con su exceso de dulces, refrescos y alcohol, suele agravar estos problemas. Por ello, las autoridades recomiendan reducir el consumo de azúcar y preferir alimentos integrales, como frutas crujientes, verduras frescas y productos bajos en almidones simples, entre los que la tortilla de maíz destaca como una mejor alternativa.

Para la doctora Quintero, la clave está en recuperar el valor de los alimentos tradicionales sin dejarse llevar por la lógica del consumo rápido.

La tortilla tiene historia, identidad y un valor nutricional que hemos subestimado. Si la aprovechamos, no solo estamos cuidando nuestra salud, también estamos preservando una parte vital de nuestra cultura alimentaria”, comentó.