En un soleado sábado en Bogotá, un mitin improvisado se convirtió en una escena de violencia y miedo. Miguel Uribe Turbay, senador y actual precandidato presidencial por el Centro Democrático, hablaba con su público cuando un joven de apenas 14 años se acercó por la espalda y le disparó en la cabeza y la pierna. Uribe cayó al suelo; el atacante intentó huir, pero fue interceptado poco después, con una herida en la pierna, y capturado bajo custodia policial.
¿Quién es Miguel Uribe?
Uribe Turbay, de 39 años, es senador desde 2022 y figura importante dentro del uribismo. Hijo de la periodista Diana Turbay —secuestrada y asesinada en 1990— y nieto del expresidente Julio César Turbay, también fue secretario de Gobierno de Bogotá (2016‑2019) y candidata presidencial para las elecciones de 2026.
Estado de salud y momento crítico
Fue ingresado en estado crítico en la Fundación Santa Fe. Dos operaciones —una neuroquirúrgica por el impacto en la cabeza y otra vascular por la pierna— no dieron señales de mejoría. Según el parte médico, continúa con una respuesta médica “escasa” y su pronóstico se mantiene reservado.
La confesión del atacante
El menor capturado aseguró: “Perdón, lo hice por plata, por mi familia”. Vivía con su tía en un barrio vulnerable y estaba fuera del programa social “Jóvenes en Paz”, del que se retiró tras solo dos meses. Las autoridades investigan su vínculo con redes criminales dedicadas al microtráfico.
Responsabilidad penal y debate público
Aunque será imputado por tentativa de homicidio y porte de arma, por su edad enfrentará una pena máxima de ocho años en un centro especializado para menores. Su caso ha desencadenado un amplio debate en Colombia sobre la manipulación de niños para la violencia y la escala de las sanciones para menores implicados en crímenes graves.
Próximas elecciones y repercusiones
Las elecciones presidenciales de 2026 se acercan, y este atentado ha sacudido el país. Uribe era uno de los principales precandidatos dentro de su partido. La violencia política ha vuelto a encender las alarmas en una nación que hacía décadas no vivía un ataque de este tipo contra un candidato.
Un episodio violento que revela las grietas sociales de Colombia: un adolescente atrapado entre la necesidad y el crimen; un líder político al límite de la vida; un país que demanda seguridad, justicia y reflexión profunda antes de la próxima cita electoral.
