IRÁN.- El ataque, parte de una serie de ofensivas en curso, eleva las tensiones regionales y despierta preocupación internacional por una posible guerra a gran escala.
Irán lanzó en la madrugada del domingo su octava ola de misiles contra territorio israelí, en el marco de un creciente conflicto que ha sacudido a Medio Oriente desde comienzos de año. Según informes del Ejército israelí, los sistemas de defensa antiaérea interceptaron la mayoría de los proyectiles, pero algunos alcanzaron objetivos estratégicos en el norte del país.
Los ataques, que se iniciaron poco después de la medianoche, fueron dirigidos principalmente hacia instalaciones militares y centros de comunicaciones. Las sirenas de alerta sonaron en ciudades como Haifa, Safed y otras localidades del Golán, mientras residentes buscaron refugio en búnkeres y zonas protegidas.
El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), general Daniel Hagari, declaró en conferencia de prensa que “más de 50 misiles balísticos y de crucero fueron lanzados desde territorio iraní y también desde bases de milicias aliadas en Siria e Irak”. Añadió que el sistema de defensa Cúpula de Hierro, junto con el sistema antimisiles Arrow 3, lograron neutralizar aproximadamente el 85% de las amenazas.
Por su parte, el gobierno iraní justificó el ataque como una “respuesta legítima” a lo que calificó como “agresiones continuas del régimen sionista”, refiriéndose al reciente bombardeo israelí en Damasco, que dejó como saldo la muerte de un alto comandante de la Guardia Revolucionaria iraní. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán declaró que “la operación fue cuidadosamente calibrada para enviar un mensaje claro, sin buscar una guerra abierta”.
En Tel Aviv, el primer ministro israelí, Eli Cohen, prometió una “respuesta contundente y sostenida” y convocó de urgencia al gabinete de seguridad. “Israel no permitirá que sus ciudadanos vivan bajo amenaza constante. Las acciones de Irán tendrán consecuencias”, afirmó.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. Naciones Unidas pidió la “máxima moderación” y alertó sobre el riesgo de una guerra regional. Estados Unidos, aliado clave de Israel, condenó los ataques y reafirmó su compromiso con la seguridad israelí. Al mismo tiempo, instó a ambas partes a “evitar una escalada incontrolable”.
Este último ataque marca la octava ola de misiles lanzados por Irán desde abril, en una confrontación cada vez más directa y menos mediada por actores intermediarios como Hezbollah o grupos palestinos. Analistas señalan que el conflicto ha cruzado una nueva etapa, en la que los enfrentamientos ya no son exclusivamente por poder delegado, sino entre Estados.
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