CIUDAD DE MÉXICO.- El director de Investigación Aduanera de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), Alex Tonatiuh Márquez Hernández, está bajo investigación por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y el SAT por un presunto giro de más de 257 millones de pesos que no coincide con sus ingresos formales ni declaraciones patrimoniales.
A pesar de que su remuneración oficial ronda un millón de pesos anual, la UIF detectó discrepancias significativas: depósitos en efectivo, adquisición de autos de lujo, inmuebles millonarios y pagos en efectivo por relojes de gama alta. Entre ellos, destacan cinco piezas valuadas en 7.7 mdp, una comprada en efectivo en 2017 por casi 3.7 mdp, posiblemente un modelo vintage de alta relojería.
También se le relaciona con Aledo S.A. de C.V., empresa con presuntos vínculos a ventas subvaluadas en la frontera: importación de autos de lujo desde EE. UU. con facturas falsas, reportando valores mucho menores para pagar aranceles mínimos ante Aduanas. Esta práctica da pistas de un esquema integral que combinaba evasión fiscal y legitimación de recursos.
Ni el funcionario ni la ANAM han emitido versión públicamente disponible sobre estas acusaciones. La investigación está en curso y podría derivar en denuncias penales si se confirman vínculos con lavado de dinero, abuso de autoridad o enriquecimiento ilícito.
Este caso ha encendido el debate: ¿puede un servidor público responsable de combatir el huachicol fiscal justificar un patrimonio tan ostentoso sin explicación plausible? La auditoría oficial y las investigaciones fiscales, tanto internas como del SAT, tendrían la última palabra.
El desarrollo del caso sigue en manos de la UIF y el SAT. De confirmarse responsabilidades, sería un golpe a la credibilidad de las aduanas y pondría en evidencia fallas en los filtros de autorrendición del servicio público aduanero.
