El Cervantino inicia con un Fandango Monumental que llenó de son y alegría la Alhóndiga de Granaditas

GUANAJUATO.- El arranque del Festival Internacional Cervantino 2025 fue una verdadera fiesta de son, baile y memoria. La noche del viernes, la Alhóndiga de Granaditas se transformó en un gran tapanco donde el Fandango Monumental: fiesta de son y raíz encendió la emoción de miles de asistentes que llenaron el histórico recinto.

“Siento tantas emociones que hasta la piel se me enchina”, expresó Mauro Gutiérrez, integrante del grupo Mono Blanco, mientras una multitud coreaba y aplaudía cada copla bajo un cielo que amenazaba lluvia.

Desde horas antes del concierto, decenas de personas formaron largas filas para ingresar. Llegaron no solo de Guanajuato, sino también de estados vecinos, atraídos por el son jarocho, esa música que une corazón y tierra. “Nací en el puerto y no he perdido el amor por mi cultura”, dijo una espectadora con rebozo blanco, mientras sonaban temas emblemáticos como Adiós morena, El torito abajeño, Las chaparreras y El Colas, que desataron aplausos y zapateados.

En el escenario se reunieron Caña Dulce y Caña Brava, Son de Madera, Mono Blanco y el Ensamble de Arpas Andrés Huesca, acompañados por los Semilleros Creativos de Veracruz, conformados por niñas y niños que interpretaron sones en totonaco y tenek. “El fandango genera energía colectiva y felicidad”, destacó Gilberto Gutiérrez, al resaltar el poder comunitario de esta tradición musical.

Entre arpas, requintos y versos improvisados, Veracruz trajo su calor al corazón del Bajío. “Hoy que Veracruz se vino para repartir calor, nos representa un honor estar en el Cervantino”, recitó Mauro Gutiérrez, dando voz al espíritu festivo de la noche.

Así, con un canto colectivo que celebró la raíz, la diversidad y la alegría compartida, comenzó una nueva edición del Festival Internacional Cervantino, reafirmando su vocación como punto de encuentro entre las culturas y la música que une a México.