El Atlético se despide del Mundial de Clubes

CIUDAD DE MÉXICO.- El Atlético de Madrid ya está de vacaciones. Su aventura en el primer Mundial de Clubes acabó a la conclusión de la fase de grupos, eliminado a las primeras de cambio después de fracasar en su misión imposible frente al Botafogo. Dando por hecha la victoria del PSG sobre el Seattle Sounders, el Atlético necesitaba vencer por al menos tres goles al Fogão. No pasó del 1-0, con un gol a última hora de Griezmann que ya se supo inútil. Adiós.

Si empezó su aventura con el pie cambiado, goleado por el campeón de Europa, su victoria sobre el conjunto norteamericano ya se sospechó insuficiente en el marcador, más cuando el Botafogo dio el golpe venciendo al PSG y obligando a los de Simeone a una auténtica machada en este cierre a cara o cruz.

El cuadro español se presentó en el Rose Bowl de Pasadena dispuesto a dar a conocer desde el minuto uno sus intenciones de hacer posible lo imposible. Si en cuatro de sus últimos ocho partidos había sido capaz de ganar por tres o más goles, no debía desanimarse pensando que el Botafogo había cedido por solo 1-0 en sus seis últimas derrotas (en 21 encuentros) y que no era goleado (0-3) desde diciembre de 2024, cuando le derrumbó el Pachuca en la Copa Intercontinental. Pero no tardó demasiado tiempo en demostrarse que conseguir golear al conjunto carioca sería, más que un milagro, una utopía.

Y es que tanta urgencia mostró el Atlético como frialdad, paciencia y calma el Botafogo. Dominador pero desordenado, el conjunto español apenas si molestó a John Victor en casi todo el primer tiempo, dando más que hablar Julián Álvarez por sus piscinazos que por un fútbol que se le supone pero no mostró. Y así, pasando los minutos, al descanso se llegó sin goles y, casi, sin esperanza en rojiblanco.

Sufrimiento sin premio

Si la entrada de Griezmann al comienzo de la segunda mitad animó y revolucionó el juego del Atlético, esa sensación desapareció en apenas diez minutos y a medida que fue avanzando el reloj los nervios ganaron el espacio a la esperanza, hasta convertirse en un calvario.

De hecho Oblak evitó que la despedida fuera mucho antes con dos intervenciones magníficas y el desánimo dio paso a un sufrimiento que rozó la histeria en la recta final. Y es que a partir del gol de Griezmann, en el minuto 87, el dominio colchonero se tradujo hasta en tres ocasiones ya entrando en el tiempo añadido (seis minutos) que por algún instante dio a pensar en la posibilidad de un milagro.

Un milagro que habría sido tan mayúsculo como ilógico, atendiendo a la seguridad con que el Botafogo supo controlar ese desemboque. Derrotado pero clasificado, descolgado del primer puesto final en favor del PSG pero enviando al Atlético a casa.

Aquel 4-0 ante el PSG, lo temía Simeone, acabó siendo una suerte de sentencia final el primer día…