El senador y dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, salió al ataque tras reactivarse el proceso de desafuero en su contra. A través de su cuenta de X, denunció que enfrenta una “persecución política brutal” impulsada por Morena, acusando que se usa a las fiscalías como garrote para intimidar a la oposición y desviar la atención de los escándalos del partido gobernante.
Moreno afirmó con orgullo: “No me van a quebrar, valor es lo que me sobra”. Aseguró que seguirá denunciando públicamente los vínculos entre altos funcionarios morenistas y el crimen organizado, pese a los intentos por acallarlo.
El proceso tomó velocidad esta semana, cuando la Sección Instructora de la Cámara de Diputados citó una sesión rápida para destrabar la primera solicitud del 2022 y dar paso a una nuevo desafuero por presunto desvío de 83.5 millones de pesos cuando fue gobernador de Campeche (2015–2019).
En conferencia de prensa, Moreno calificó este movimiento como una estrategia política: “No existe prueba real en mi contra”, dijo, y llamó a los legisladores opositores a alzar la voz ante lo que considera un abuso de poder.
Pese a que la Fiscalía aún no ha entregado formalmente el expediente completo, la instancia legislativa ya tiene todo listo para emitir un dictamen esta misma semana. El oficialismo cuenta con mayoría suficiente para definir el rumbo del caso.
