• 28/06/2025
Crecimiento económico por turismo rosa en Puerto Vallarta

Crecimiento económico por turismo rosa en Puerto Vallarta

PUERTO VALLARTA.- Enclavado entre la Sierra Madre y el Pacífico, Puerto Vallarta no sólo es un ícono de la hospitalidad mexicana, también es un caso de éxito económico y social que ha abrazado con fuerza al turismo LGBTQ+.

Desde la apertura del hotel Blue Chairs en 2002, considerado el primer alojamiento abiertamente LGBTQ+ en México, hasta convertirse en sede del festival Pride más internacional del país, el destino ha evolucionado para ser mucho más que playa y fiesta: es un espacio de respeto, comunidad y oportunidad de negocios.

En entrevista con El Economista, Luis Villaseñor, director de Promoción y Publicidad de Puerto Vallarta en el estado de Jalisco destacó que este crecimiento es resultado de una sinergia entre comunidad local, empresarios, autoridades y una comunidad de más de 30,000 expatriados, en su mayoría provenientes de Estados Unidos y Canadá, muchos de ellos miembros de la comunidad LGBTQ+.

El turismo rosa representa actualmente alrededor del 30% de los visitantes que llegan a Puerto Vallarta, pero genera cerca del 40% de la derrama económica del destino, por su alto nivel de gasto y fidelidad”, dijo Villaseñor.

La diversidad de servicios también ha crecido: desde hoteles y hostales orientados a la comunidad LGBTQ+, hasta tours, restaurantes, galerías de arte, cafeterías y boutiques que integran este mercado con naturalidad.

Hoy, Vallarta no sólo recibe, sino que celebra la diversidad. Uno de los diferenciadores clave ha sido el involucramiento de la comunidad local.

“Puerto Vallarta es una ciudad santuario, segura y con políticas incluyentes. Es uno de los pocos destinos del país donde se celebraban bodas igualitarias simbólicas antes de su legalización, y contamos con oficinas de atención para trámites de identidad de género y para expatriados”, explicó Villaseñor.

Mencionó que eventos como el Vallarta Pride, que inicia cada año el 17 de mayo con el Día Internacional contra la Homofobia, y culmina en el fin de semana feriado de Estados Unidos (Memorial Day), han sido estratégicos para atraer al turismo internacional sin competir con otras ciudades globales durante junio, mes del orgullo.

Además, se suman otros encuentros como el Festival de Osos, las White Parties, cruceros temáticos como los de Atlantis y Olivia, o actividades deportivas y gastronómicas que mantienen viva la dinámica turística durante todo el año.

En un contexto internacional donde resurgen posturas conservadoras, Villaseñor destacó una oportunidad clave: “Las decisiones regresivas en Estados Unidos, como las promovidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pueden reforzar la percepción de Puerto Vallarta como un refugio seguro e inclusivo para la comunidad LGBTQ+.

Aquí no solo los reciben, aquí se sienten en casa”. En un momento en que el turismo global demanda experiencias auténticas y destinos seguros, Puerto Vallarta se adelanta con hechos, no promesas. El liderazgo en turismo LGBTQ+ no es casualidad, sino resultado de políticas públicas, inversión privada y una comunidad comprometida con el respeto, dijo el directivo.

“Hoy, más que un destino de playa, es un modelo internacional de inclusión rentable. Y frente a un entorno geopolítico cada vez más hostil para la diversidad, Vallarta no sólo recibe a quienes buscan sol y mar, sino a quienes anhelan libertad, dignidad y un lugar donde ser ellos mismos”.

Explicó que el destino jalisciense demuestra que apostar por la inclusión no sólo transforma sociedades, también impulsa economías. Mientras otros destinos apenas esbozan estrategias, “Puerto Vallarta ya vive los beneficios de un modelo turístico que abraza la diversidad, promueve el respeto y capitaliza su hospitalidad como motor de desarrollo sostenible”, concluyó Luis Villaseñor.

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