Cancún, uno de los destinos turísticos más importantes de México, enfrenta un creciente problema de inseguridad que afecta directamente a la industria hotelera. Empresarios del sector han denunciado la creciente incidencia de robos cometidos por parte de empleados, así como extorsiones telefónicas que generan pérdidas económicas y preocupación en el sector.
Los afectados explican que los hurtos internos involucran principalmente equipos, dinero en efectivo y mercancía destinada a los huéspedes, lo que afecta la operación diaria y la calidad del servicio. Además, las extorsiones telefónicas dirigidas a trabajadores y propietarios se han incrementado, generando un ambiente de tensión y miedo dentro de las instalaciones.
Ante esta situación, los hoteleros han solicitado mayor apoyo y vigilancia por parte de las autoridades locales para proteger a sus colaboradores y garantizar la seguridad de los turistas. Además, algunas empresas han reforzado sus controles internos y protocolos de seguridad para minimizar el impacto de estos delitos.
La inseguridad representa un reto importante para el desarrollo turístico de Cancún, que busca mantener su reputación como un destino seguro y atractivo para visitantes nacionales e internacionales.